Un grupo de 109 premios Nobel pidió al grupo ecologista que cambie su postura con respecto a los alimentos transgénicos o genéticamente modificados.

Con Greenpeace a la cabeza, diversos grupos “tergiversaron los riesgos, beneficios e impactos y apoyaron la destrucción criminal de ensayos de campo y proyectos de investigación”, dice la carta.

El disparador de la misiva es el arroz dorado (golden rice), que busca terminar con más de dos millones de muertes al año en el mundo y medio millón de casos de ceguera gracias a que podría reducir el déficit de vitamina A.

Greenpeace aclaró que las acusaciones en su contra “son falsas. El arroz dorado falló como una solución a la malnutrición y no está actualmente disponible para la venta, después de más de 20 años de investigación y millones de dólares”.

Pero las quejas de los Nobel no son solo por la postura en contra del arroz dorado.

En su carta, los premios Nobel recordaron que la Organización de la ONU para la Agricultura y Alimentación (FAO) dijo que la producción mundial de alimentos deberá duplicarse para 2050 para satisfacer la demanda de la población mundial.

“Organizaciones opuestas a los cultivos modernos, con Greenpeace a la cabeza, negaron esos hechos repetidamente y están en contra de las innovaciones biotecnológicas en la agricultura”, dice la misiva firmada por reconocidos científicos, incluido el norteamericano Phillip Sharp, ganador del Nobel de Fisiología o Medicina en 1993 e impulsor de la carta.

Los Nobel pidieron a Greenpeace que “reevalúe la experiencia de agricultores y consumidores en todo el mundo con cultivos y alimentos mejorados mediante biotecnología”.

Greenpeace debe “reconocer los hallazgos científicos y dejar su campaña contra los transgénicos en general y el arroz dorado en particular”.

Recordaron que los transgénicos “son tan seguros, quizás más, que aquellos derivados de otros métodos de producción (…) nunca hubo un caso confirmado de resultados sanitarios negativos para los humanos o los animales por su consumo”.

Campo de arroz 1

Greenpeace, firme

Si bien los Nobel criticaron la postura de Greenpeace en contra de todos los transgénicos, desde la asociación ecologista solo insistieron con su rechazo hacia el arroz dorado.

“Greenpeace no es la única organización que cuestiona el arroz dorado. También se oponen comunidades locales y nada menos que el Instituto Internacional de Investigación del Arroz sostuvo que este arroz trasngénico no ha demostrado que pueda solucionar el problema de deficiencia de vitamina A”, indicó en un comunicado.

«Así que para ser claros, estamos hablando de algo que ni siquiera existe”, afirmó Wihelmina Pelegrina, activista de Greenpeace en Filipinas.

Pelegrina agregó: «Las empresas promueven el arroz dorado para allanar el camino hacia la aprobación mundial de otros cultivos de ingeniería genética más rentables. Sin embargo, este experimento, además de ser costoso, no ha logrado producir resultados y ha desviado la atención de los métodos que sí funcionan. En lugar de invertir en este caro ejercicio de relaciones públicas se debe hacer frente a la desnutrición a través del acceso equitativo a la alimentación y la agricultura ecológica”.

Según Greenpeace la única solución para vencer la malnutrición es una dieta diversa y saludable que provea comida accesible para toda la población, basada en una agricultura ecológica.

“Una solución no solo económicamente conveniente y capaz de sostenerse en el tiempo, ya que no requiere insumos químicos costos porque se basa en tecnología y conocimientos locales, sino adaptable al cambio climático”, finalizó.