Nueva York decidió a fines de 2014 revivir las viejas cabinas telefónicas a través de un proyecto conocido como LinkNYC. Las nuevas estaciones tendrían una pantalla con acceso a internet, puertos USB para cargar dispositivos, acceso Wi-Fi, botón de emergencias y entrada para auriculares.

La idea de las autoridades era que tanto los ciudadanos de Nueva York como los turistas pudieran utilizarlas para buscar información y direcciones en mapas. Pero los kioscos Wi-Fi tuvieron otro destino: vagabundos, empleados de comercios e incluso vecinos los acaparan durante horas, sobre todo para ver porno y escuchar música.

Las quejas de los ciudadanos, sobre todo los que conviven con una estación cerca de su casa, elevaron quejas a las autoridades. La decisión los encargados de LinkNYC fue limitar el acceso a la pantalla, que ahora no tendrá un navegador web y solo permitirá consultar Google Maps, horarios de transporte y servicios de emergencia.

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El resto de los servicios, es decir el Wi-Fi y el puerto USB para cargas, se mantendrá.

Vía: The New York Times