El presidente de la división de teléfonos móviles de Samsung, Koh Dong-jin, dijo que comprobaron un «pequeño error» en el proceso de fabricación de las baterías del Galaxy Note 7 que era muy difícil de detectar. Un extremo de la batería tenía defectos que aumentaban las posibilidades de que recalentase, indicó.
El hecho motivó que Samsung retirara del mercado 2,5 millones de unidades de su teléfono en el mundo, un hecho vergonzoso para la mayor fabricante de celulares.
¿A qué se debió ese error? Expertos opinan que Samsung apresuró al lanzamiento sin haber tomado los recaudos necesarios con un único objetivo: adelantarse al iPhone 7 de Apple.
En 2015, Samsung adelantó la salida al mercado de su nuevo Galaxy Note de septiembre a agosto porque Apple se proponía lanzar su nuevo iPhone en septiembre.
De manera puntual, en el caso del Galaxy Note 7 había una falla en el diseño.
Almacenar tanta energía en un espacio tan reducido, con componentes combustibles separados por paredes extremadamente delgadas, las hace susceptibles al recalentamiento. Si esas paredes divisorias no funcionan bien, se producen reacciones químicas que generan fuego. Eso fue lo que sucedió con el Note 7, según Koh.
«La falla en la fabricación hizo que entrasen en contacto electrodos negativos con electrodos positivos», explicó a la prensa en Seúl.
«No tenían otra opción que hacer la separación (entre electrodos) más delgada por la capacidad de la batería», dijo Lee Sang-yong, profesor del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología de Ulsan, Corea del Sur, y quien trabajó más de una década con LG Chem, uno de los principales fabricantes de baterías de litio. Agregó que separadores más gruesos pueden aumentar la seguridad, pero no prevenir el recalentamiento.