Acusó una falla de las baterías, inició un programa de recambio y los Galaxy Note 7 seguros también fallaron, obligando a Samsung a retirar su equipo del mercado. Ahora, la empresa surcoreana prometió a sus empleados que investigará por qué esos dispositivos tenían riesgos de incendiarse.
De manera indirecta, Samsung reconoció entonces que no tiene idea qué falló en los Galaxy Note 7, una teoría que ayer abonaban expertos consultados por The New York Times.
En un mail dirigido a ejecutivos y empleados, Koh Dong-jin, director de la división de telefonía móvil de Samsung, expresó su “frustración” por el caso y prometió que investigará las causas de estos problemas “cueste lo que cueste” con vistas a “restaurar la confianza de los consumidores en los productos de Samsung”.
“Al margen de las considerables pérdidas financieras, soy bien consciente de las cicatrices que dejará en nuestros ejecutivos y empleados la situación desarrollada durante las últimas semanas y la decisión de hoy”, dijo Koh en alusión a la retirada del teléfono por los repetidos casos de combustión del dispositivo.
Esta es la primera vez que se conoce una declaración de un alto ejecutivo de Samsung tras la retirada del mercado del Galaxy Note 7, una decisión que traerá impacto en las finanzas y confianza de los consumidores hacia los productos de la surcoreana.
Samsung rebajó su pronóstico de facturación para julio-septiembre hasta unos u$s41.852 millones, un 4,09% menos que su anterior pronóstico y un 8,94% por debajo con respecto a lo que se embolsó en el tercer trimestre de 2015.