Un grupo de científicos logró implantar un sistema de comunicación inalámbrico que conecta el cerebro con la médula de monos paralíticos, logrando que recuperen el movimiento en sus extremidades inferiores.

El trabajo, liderado por el Centro de Neuroprótesis del Instituto Federal Suizo de Tecnología (EPFL) y publicado en Nature, asegura que la “interfaz neuroprotésica cerebro-espinal” está elaborada en base a componentes aptos para poder desarrollar experimentos con humanos. La intención de los científicos chinos, europeos y norteamericanos es tratar a pacientes con paraplejia.

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“Es razonable especular con la posibilidad de que al final de la década se puedan desarrollar los experimentos clínicos con interfaces que conectan el cerebro y la médula espinal”, afirmó el científico Andrew Jackson, del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Newcastle.

La “interfaz neuroprotésica cerebro-espinal” es capaz de decodificar las señales de la zona de la corteza motora que ordena el movimiento. Ellas estimulan luego electrodos implantados en “puntos clave” de la médula espinal inferior que, a su vez, regulan la flexión y extensión de los músculos de las piernas.

Los investigadores probaron esta nueva tecnología en dos monos rhesus que padecían parálisis en una pierna como consecuencia de una lesión espinal.

En la semana posterior a la lesión, uno de los primates recuperó, sin adiestramiento alguno, el movimiento parcial de la pierna tanto en ejercicios efectuados sobre una cinta de andar como sobre el suelo, mientras que el otro invirtió dos semanas en obtener los mismos resultados.

Hasta ahora, los intentos por conectar el cerebro con los nervios espinales se quedaban en complejas computadoras y prótesis, ninguna capaz de devolver la movilidad de manera independiente a los pacientes.

Estudios anteriores demostraron que es posible usar señales codificadas procedentes de ciertas áreas del cerebro, aquellas relacionadas con la planificación y ejecución de movimientos, para controlar las funciones de una prótesis de mano robótica.

En un caso, recuerdan, un paciente llegó a mover su mano paralizada gracias a estas “interfaces cerebrales computarizadas”, que unen directamente la actividad cortical con la estimulación eléctrica de los músculos.

No obstante, se desconocía, hasta ahora, si esos avances podrían servir para restaurar los complejos patrones de activación de los músculos de las piernas y de la coordinación necesaria para caminar, recordó la agencia de noticias EFE.

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