La pelea entre Europa, Irlanda y Apple acaba de comenzar formalmente. La Unión Europea exige u$s14.000 millones por impuestos no abonados en la zona, algo que la empresa de Cupertino rechaza al alegar que los organismos de control ignoraron a expertos y las leyes y eligieron de forma deliberada un método para maximizar la sanción.
A fines de agosto, la Comisión Europea dijo que el acuerdo tributario entre Irlanda y Apple era ilegal y por ello le ordenó a la empresa pagar u$s13.800 millones a Irlanda, donde la firma de Cupertino tiene su sede central europea.
En una entrevista con la agencia de noticias Reuters, el consejero general, Bruce Sewell, y el presidente financiero, Luca Maestri, dieron detalles sobre cómo será la apelación contra la Comisión en el segundo tribunal más alto de Europa.
«Apple no es un caso aparte en ningún asunto que importe a la ley. Apple es un objetivo conveniente porque genera muchos titulares. Permite a la comisaria convertirse en danesa del año en 2016», afirmó, en referencia al galardón concedido a la comisaria europea de la Competencia, Margrethe Vestager, por el diario danés Berlingske el mes pasado.
Apple dirá a los jueces que la Comisión no fue diligente en su investigación porque desestimó a los expertos tributarios aportados por las autoridades irlandesas. De hecho, Irlanda dijo que Europa malinterpretó sus leyes y de ahí el problema.
La Comisión acusó a Irlanda en 2014 de evadir las leyes impositivas internacionales al dejar que Apple retuviera beneficios de decenas de miles de millones de dólares a cambio de mantener los empleos.
El tratamiento fiscal de Irlanda permitió a Apple evadir el pago de miles de millones de dólares por ganancias obtenidas fuera de los EEUU. En los 10 últimos años, la compañía pagó impuestos a una tasa del 3,8% por utilidades en el extranjero de u$s200.000 millones, según los documentos. Se trata de una fracción de la que se aplica en los países en los que se diseñan, fabrican y venden los productos de Apple.
Vía: Reuters