Investigadores argentinos diseñaron un proceso que permite emplear bolsas de polietileno en la producción de combustibles, una manera efectiva para reciclarlas y evitar daños en el medioambiente.
El uso de bolsas de polietileno sigue en aumento en todo el mundo, generando perjuicios para la flora y fauna. Una bolsa de plástico puede tardar entre veinte y mil años en degradarse, dependiendo de las condiciones del ambiente, y gran parte de ellas terminan en el fondo del mar.
Solo en la Argentina, en 2013 se consumían alrededor de 43 kilos anuales de plástico per cápita. De ahí que muchas ciudades comiencen a prohibir el uso de estas bolsas, como la Ciudad de Buenos Aires (desde enero) y Santa Fe, que lo hará a partir de marzo próximo.
¿Cómo es la solución argentina? Investigadores de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) proponen agregar bolsas de polietileno al corte de petróleo que ingresa en las refinerías, a través de un proceso de reciclaje que las puede convertir en nafta y gasoil. De ponerse en práctica, podría ser una solución a los problemas que las clásicas bolsas de supermercado generan en el medio ambiente.
Según el estudio de la UNL, se puede agregar hasta un 6% de polietileno al corte de petróleo que ingresa a las refinerías prácticamente sin alterar el proceso industrial. En la Argentina hay una capacidad de refinación de aproximadamente 650.000 barriles de petróleo por día, por lo que existe un amplio margen para reciclar las bolsas que se desechan.
En la Argentina hay tres tipos de bolsas: las de polietileno regular, las oxidegradables y las biodegradables. Las primeras son las más comunes y las que más perjuicio generan. Las oxidegradables son obligatorias en la provincia de Buenos Aires desde 2009 y, si bien el plástico no cambia su composición, se convierte en polvo, lo que tiene menor impacto medioambiental. Las biodegradables se convierten en gas metano, un gas que fomenta el efecto invernadero que genera el cambio climático.
“Las modificaciones que habría que realizar en la refinería son pequeñas. Lo más complejo de este proceso de reciclaje es buscar una manera eficiente de recolectar las bolsas, limpiarlas, clasificarlas y trasladarlas hacia la refinería”, explicó Francisco Passamonti, doctor en Ingeniería Química y director del proyecto, a la agencia de noticias TSS. Y agregó: “La incorporación de plástico al proceso que estudiamos aumentó la proporción de olefinas livianas (principalmente propileno, uno de los reactivos para la producción de plásticos). A la vez, observamos que se incrementó la producción de gasolina”.
Procesos
El polietileno se puede agregar al petróleo que se refina mediante el proceso FCC (desintegración catalítica fluida, en inglés), por el cual se obtienen los combustibles líquidos en presencia de un catalizador sólido que disminuye la producción de residuales.
“Al usar un catalizador específico orientamos los productos hacia la generación de gasolina y diésel, que luego conforma los combustibles que utilizamos en los vehículos”, explicó Passamonti, que es docente investigador del Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica (Incape), dependiente de la FIQ de la UNL y del Conicet.
El proceso industrial planteado tiene las características de un sistema de reciclaje terciario, en el que se obtiene un material completamente diferente. Este proceso se diferencia de un reciclaje primario (cuando se reutiliza el material sin procesar) y secundario (cuando se hace un procesamiento y se obtiene un material de menor calidad).
También está la posibilidad de un reciclaje cuaternario, que implicaría quemar las bolsas para producir energía térmica, pero que se lo descarta por su gran perjuicio medioambiental.
“Completamos el estudio de factibilidad del proceso y verificamos que se puede hacer –dijo Passamonti–. Lo que hace falta es decisión política para llevar adelante algo así, porque, lógicamente, si uno quiere producir combustible a partir del petróleo, va a ser más fácil que juntar bolsas de polietileno, llevarlas a la planta y procesarlas, pero la cuestión también pasa por encontrar una solución a este problema medioambiental”.
Vía: TSS