Parecen bloques de cemento o algún tipo de obstáculo en el medio de la ruta. Si lo viéramos desde un coche, en movimiento, sin duda bajaríamos la velocidad para ver de qué se trata. Y esa es la idea de este experimento que se está llevando a cabo en un pueblo de Islandia.
Se trata de una ilusión óptica, en el medio de la ruta, que simula un paso peatonal tridimensional. Pero no hay nada que «sobresalga», solamente está pintado en el piso.
El objetivo de las autoridades de Ísafjörður, al noroeste de Islandia, es que los conductores bajen la velocidad cuando pasen por esa zona. ¿Funcionará?