Desbloquear un iPhone X con Face ID no requiere de un hacker profesional. Ni siquiera de máscaras. Así quedó demostrado en los EEUU, donde un niño de 10 años accedió al teléfono de su madre sin necesidad de trucos. ¿Cómo lo logró? Gracias al parecido físico entre ambos.
El caso tiene como protagonistas a Ammar Sherwani y a su madre Sana, una orgullosa dueña del iPhone X, el celular de Apple en donde debutó el sistema de reconocimiento facial llamado Face ID.
Ambos protagonizan un video en donde presentan el celular de Sana, bloqueado mediante Face ID. El objetivo es que Ammar logre acceder al equipo, algo que consigue de inmediato al posicionar su rostro frente al teléfono, sin que el sistema de seguridad de Apple siquiera sospeche que se trata de una persona diferente.
El único secreto es el parecido físico entre Sana y Ammar, algo que Apple había advertido al presentar el sistema, subrayando que gemelos y familiares de rasgos similares podían burlar Face ID.
A pesar de ello, en ese momento, Apple había mencionado que la tasa de error de Face ID era de uno en un millón, muy lejos -siempre según la empresa- del uno en 50.000 que tenía el lector de huellas.
Tres intentos
Sana explicó a Wired que el engaño a Face ID ocurrió de manera directa, tan solo acercando el iPhone X a la cara del niño. Para descartar errores, la madre volvió a registrar su rostro desde cero, en mejores condiciones de luz. De esa manera, consiguió que Ammar no pudiera desbloquearlo.
Sin embargo, un tercer intento, registrando el rostro de la madre en un ambiente con luz artificial, permitió que Face ID volviera a confundir a Sana con Ammar, logrando que el pequeño accediera una vez más al iPhone X.
La inteligencia artificial del iPhone X hizo el resto ya que, con el paso de los días, pensaba que los rostros de Ammar y Sana eran el mismo.
La única duda sobre el caso tiene relación con lo ocurrido la primera vez que Ammar intentó desbloquear el iPhone X. Cuando el teléfono detecta algo extraño, pide un código de acceso. Si el pequeño ingresó la clave, habría hecho que la inteligencia artificial aprendiera algo erróneo, es decir, que los rostros de madre e hijo eran el mismo.
Lo único cierto es que los usuarios del iPhone X deberían configurar Face ID de manera minuciosa, en ambientes con buenas condiciones de luz y, aunque suene gracioso, utilizando gafas de sol para así lograr que el sistema aprenda a reconocerlos en la mayor cantidad de situaciones posibles.