Por Matías Alonso – Agencia TSS
En el INTA de Cruz del Eje crearon un sistema para estimar la probabilidad de incendios naturales a partir del uso de imágenes satelitales, en colaboración con la CONAE.
La herramienta permite predecir el nivel de riesgo, detectarlos cuando ocurren y cuantificar los daños que pueden generar.
En la Argentina, la dirección de Parques Nacionales administra una superficie de 39 millones de hectáreas, lo que implica alrededor del 7% del territorio nacional, por lo que identificar la ubicación de los posibles focos de incendio y estar preparados para sofocarlos apenas iniciados es una necesidad esencial. La única forma de tener una visión integral de semejante extensión territorial es recurrir a imágenes satelitales.
Nicolás Mari, integrante de la Agencia De Extensión Rural Cruz del Eje del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), desarrolló un sistema que llamó SARTiv (por Sistema de Alerta y Respuesta Temprana a incendios de vegetación) como tesis de la Maestría en Aplicaciones Espaciales de Alerta y Respuesta Temprana a Emergencias del Instituto de Altos Estudios Espaciales “Mario Gulich” (IG), un centro de formación de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
SARTiv es un módulo informático que permite graficar series de tiempo con las imágenes de los satélites MODIS Aqua y Terra, de la NASA, que permite relevar el índice verde –la situación relativa de la vegetación en un momento dado– de determinadas zonas y compararlo con sus máximos, mínimos y promedios históricos. La información es subida a internet en forma de mapas y los datos pueden ser actualizados tanto de manera diaria como en bloques de 15 días. El sistema consta de tres fases: prefuego, durante y posfuego.
Análisis y consecuencias
En el caso de prefuego, SARTiv permite analizar la humedad de la vegetación del lugar para inferir si puede convertirse en combustible de un incendio o no, dependiendo de la especie de planta. Para identificar especies se debe hacer una análisis de campo y, posteriormente, se superpone con las imágenes satelitales para poder identificar lo que se está viendo desde el cielo y extrapolarlo a otras imágenes para hacer la clasificación del tipo de cobertura.
Para el análisis de los daños que dejó el incendio se usan las imágenes de los satélites Landsat 8, de la NASA, y SPOT, de Astrium. Todas las imágenes son obtenidas gracias a la antena de recepción satelital que se encuentra en el Instituto del Clima y Agua del INTA Castelar y en el Centro Espacial Teófilo Tabanera de Falda del Carmen (Córdoba) de la CONAE.
En este último se trabaja con los índices de peligrosidad de incendio, mientras que la detección de focos se usa tanto en el INTA como en otras dependencias de la CONAE. La detección de áreas quemadas todavía está en desarrollo para hacer accesible su información a terceros.
El trabajo de Mari fue realizado gracias a una beca de la CONAE que obtuvo en el año 2010, orientada a quienes que se desempeñan en el sector público. Esta beca se ideó como una forma de sumar capacidades tecnológicas en el ámbito público pero también para crear un mejor vínculo entre diferentes dependencias. “Hay una retroalimentación muy buena, porque desde el INTA le damos a la CONEA una visión desde las aplicaciones y las necesidades que hay a nivel de productos satelitales. Eso les sirve para orientar sus proyectos de investigación”, explicó Mari.