Por Tadeu Viana – Director de Ventas CALA en Corning
La Argentina y Brasil enfrentan un desafío debido al tamaño de sus territorios: cubrir un área tan grande como Europa con Internet de calidad. Para ampliar la estructura de las telecomunicaciones es necesario superar las distancias físicas y, sobre todo, adaptarse a la variedad de relieves y climas que son característicos de los dos vecinos sudamericanos. La ardua tarea se desarrolló de manera complementaria por parte de los operadores y de los proveedores de servicios de internet regionales (ISP, según sus siglas en inglés Internet Service Provider).
En Brasil se los conoce como «proveedores regionales de internet», mientras que en la Argentina existe una característica especial del mercado: los proveedores de pueblos o provincias suelen ser pequeñas y medianas empresas, y el término más común para denominarlas es «Cooperativas de Comunicación».
Ambas empresas actúan a nivel regional, y proveen de banda ancha a los municipios o barrios desde donde se originan. Al tener en cuenta la importancia vital que tienen para conectar a los dos países más grandes de América Latina, podemos considerarlos «pequeños gigantes».
En Brasil, los proveedores de servicios de Internet regionales representan más del 17% del total de los accesos a Internet en el país, según la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel).
Es decir, juntos serían la cuarta mayor compañía de telecomunicaciones de Brasil, en comparación con Abrint (Asociación Brasileña de Proveedores de Internet y Telecomunicaciones).
En la Argentina, por su parte, hay más de 1.000 proveedores de servicios de Internet, y más de 1.500 pequeñas y medianas empresas que ofrecen algún tipo de servicio audiovisual o de telecomunicaciones, según las cifras publicadas por la Cámara de Cooperativas de Comunicaciones (CATEL) a fines de 2017.
Estas empresas aceleraron el proceso de universalización de banda ancha en ambos países, y colaboran para instalar una infraestructura que permitirá a los argentinos y brasileños disfrutar del futuro de las telecomunicaciones con la capacidad de adherirse a innovaciones como 5G y las soluciones de Internet de las Cosas (IoT, según sus siglas en inglés).
A mediados de comienzo de este siglo, los proveedores de servicios de Internet comenzaron sus actividades en la región al instalar, sobre todo, tecnologías inalámbricas (como radio y antenas).
Sin embargo, con el tiempo, se hizo evidente que la fibra óptica es la tecnología más adecuada para Internet de alta velocidad debido a que aumenta la confiabilidad de la red y la velocidad de despliegue para cubrir grandes espacios territoriales, además de admitir un alto volumen de tráfico requerido por las tendencias de Internet de las Cosas y 5G.
La adhesión de estas empresas a la fibra óptica aumentó exponencialmente año tras año. Además de otorgar una banda ancha de mejor calidad, la tecnología aún brinda mayores ahorros y eficiencia en la instalación en comparación con las tecnologías heredadas.
Actualmente, el mercado cuenta con soluciones de fibra óptica preconectorizadas que permiten la capilarización de las redes. Estos avances benefician a todos, desde los operadores de telecomunicaciones más grandes hasta los que operan a nivel regional. Con varios recursos en sus territorios, Brasil y la Argentina conseguirán convertirse en naciones cada vez más conectadas.