Por Alan Mac Carthy – COO de Front
Entre los 25 y 35, los jóvenes (entre los cuales me incluyo) empezamos a entender la importancia de dar ese primer paso, el de empezar a ahorrar e invertir.
Es un mundo desconocido. De hecho, si tuviéramos que trazar el perfil tipo del ahorrista argentino, las dos primeras palabras que nos vendrían a la mente son dólar y desconfianza.
Es verdad que el hábito del ahorro en argentina perdió relevancia en las familias, pero hoy hay una nueva generación capaz de dar vuelta esa página, y ya está en marcha.
En ese sentido, en un país que ha atravesado tantas turbulencias financieras y que ha tenido que recuperarse tantas veces, suena hasta lógico que no estemos pensando en ahorrar e invertir para objetivos de largo plazo o fondos de emergencia. Este puede ser nuestro peor error, ya que ahorrar no es más que crear un hábito que en un momento de crisis realmente valoramos tenerlo.
En la Argentina tenemos poca educación financiera. Es decir, como sociedad nos cuesta entender conceptos tales como tasa de interés, inversiones o armado de presupuestos. Pero, si bien el entendimiento de estos conceptos son condición necesaria, no son suficiente para comenzar a ahorrar, ya que la voluntad juega un rol clave.
Así, de acuerdo con un informe de la CAF -el banco de desarrollo constituido por 19 países de América Latina, España y Portugal y 13 bancos privados- la Argentina muestra el índice más bajo de educación financiera, ubicándose en uno de los 3 últimos puestos en conocimiento, actitudes y comportamiento financiero.
Por eso, es importante generar una cultura que fomente el ahorro y la inversión y elimine barreras de entrada. Del lado de la oferta (bancos y nuevas empresas de inversión) se necesitan soluciones de fácil comprensión, colaborativas y sin montos mínimos. Soluciones que no solo incluyan, sino que también eduquen.
Nuevas tendencias
En la actualidad se destacan también algunas tendencias de ahorro que vale la pena comentar. Existe una nueva generación acostumbrada al uso de la tecnología con nuevas herramientas y un cambio en los deseos y aspiraciones.
Los millennials, quienes tienen un rol preponderante en el mercado laboral, han mostrado una tendencia al uso de sus ahorros, donde buscan principalmente viajar y sumar nuevas experiencias. Estos datos están apalancados en el hecho de que, en nuestra plataforma, por ejemplo, con un usuario de edad promedio de 29 años, el objetivo de ahorro principal es “viajes” (55% del total de objetivos).
Por caso, la propiedad (por ejemplo, ahorrar para adquirir un departamento) pierde relevancia por encima de otros objetivos más vinculados al placer.
Por otro lado, otro tema que es importante destacar tiene que ver con los cambios en el contexto actual debido a los efectos económicos generados por el Covid-19.
La pandemia generó una caída obligada en consumo y, para quienes trabajan en relación de dependencia y no sufrieron bajas en sus ingresos, este momento representa una excelente oportunidad para ahorrar y constituir un fondo de emergencia. Un respaldo financiero que nos permita ir a dormir tranquilos.
Esto se refleja en un incremento del 30% en objetivos definidos bajo el concepto de “fondo de emergencia”. Sin embargo, dicha proporción continúa siendo baja. De 15.000 usuarios activos, sólo el 16% está ahorrando para esta categoría. Quien lidera la lista es “Irse de vacaciones” con cerca del 55% del total de objetivos creados.
Con todo, queda mucho camino por recorrer para poder consolidar una cultura de ahorro e inversión en la Argentina. El éxito de esto depende en gran medida de factores asociados a la estabilidad macroeconómica, pero también a una mejor educación financiera que incentive al ahorro y voluntad de todos a poder lograrlo. El momento para empezar es siempre el ahora.