SpaceX abrió un nuevo capítulo en la carrera espacial tras el exitoso lanzamiento del Falcon Heavy, el paso previo a la idea de llevar el hombre a Marte.
El lanzamiento del cohete más potente alcanza para sorprender al mundo, pero Elon Musk, fundador de SpaceX y Tesla, fue por más: un Tesla Roadster de color rojo fue puesto en órbita. Detrás del volante está Starman, un maniquí disfrazado con un traje espacial. Hay más: la canción Space Oddity de David Bowie suena de fondo en loop.
En la pantalla multimedia se lee la frase «No entres en pánico» y en una tarjeta de circuitos lleva impresa la leyenda «Hecho en la Tierra por humanos».
Además de probar la capacidad de carga del Falcon Heavy, la misión contemplaba además lograr el aterrizaje de los tres cohetes aceleradores para ser reutilizados en futuras misiones, algo visto hasta ahora con los Falcon 9, también propiedad de SpaceX.
Dos de los cohetes regresaron sin problemas, pero se calcula que el tercero, que debía llevar la cápsula con el Roadster hasta Marte, ofreció una propulsión mayor y llevará a Starman hasta un cinturón entre ese planeta y Júpiter.
Parte de la travesía de Starman pudo verse en vivo desde YouTube:
Live view of Starman https://t.co/gvSlztlE6l
— Elon Musk (@elonmusk) 6 de febrero de 2018
Futuro prometedor
Aunque suene irónico, el Falcon Heavy ya es algo del pasado. Musk dijo que está en desarrollo un cohete aún más potente, el BFR (Big Falcon Rocket).
Su construcción demandará cinco años y su misión será llevar humanos a Marte.
El Falcon Heavy tiene una potencia y capacidad apenas superada por el Saturno V, lanzado por última vez en 1973 para las misiones Apolo. Será utilizado para colocar satélites más pesados que los actuales en el espacio.
También llegará a Marte y planetas más lejanos, como Júpiter y Saturno, pero solo con robots y vehículos especiales.
El Falcon Heavy tiene 70 metros de altura y una capacidad de 64 toneladas si el destino es la órbita de la Tierra y 17 si la idea es llegar a Marte.