La Comisión Europea propuso finalmente la adopción de un único cargador tipo USB-C para celulares, tablets, cámaras, auriculares, altavoces y consolas portátiles. La medida impacta contra Apple, que utiliza un conector propio en sus dispositivos. El organismo busca reducir los residuos electrónicos y que los consumidores ahorren cerca de 250 millones de euros por año.

La medida, adelantada hace unos días, aún debe ser aprobada por el Parlamento Europeo y luego establecida en cada país miembro, por lo que se estima que recién entrará en vigor en 2024.

Para ese año, además de utilizar el USB-C como conector universal, los fabricantes deberán vender los cargadores por separado.

La medida llevó a Apple a reiterar su posición: “Nos sigue preocupando que una regulación estricta que obliga a un solo tipo de conector ahogue la innovación en lugar de fomentarla, lo que a su vez perjudicará a los consumidores en Europa y en todo el mundo”.

¿Por qué la medida? El organismo fue contundente: “En 2020, se vendieron aproximadamente 420 millones de teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos portátiles en la UE. En promedio, los consumidores poseen unos 3 cargadores de móviles, de los cuales utilizan 2 de forma regular. A pesar de ello, el 38% afirma haber tenido problemas al menos una vez para cargar su móvil debido a la incompatibilidad de los cargadores disponibles”.

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“La situación no solo causa molestias, sino que también resulta costosa para los consumidores, que gastan aproximadamente 2.400 millones de euros al año en cargadores sueltos que no se venden junto con sus dispositivos electrónicos. Además, se calcula que los cargadores eliminados y no utilizados representan 11.000 toneladas anuales de residuos electrónicos”., amplió.

Puntos principales

La medida de Bruselas tiene sus orígenes en 2009, cuando un acuerdo entre los principales fabricantes permitió pasar de 30 a 3 la cantidad de conectores en el mercado: hoy solo quedan el USB-C, microUSB y Lightning, exclusivo de Apple.

La Comisión propuso estos 4 puntos:

  • Un puerto de carga armonizado para los dispositivos electrónicos: el USB-C será el puerto común, lo que permitirá a los consumidores cargar sus dispositivos con el mismo cargador USB-C, independientemente de la marca del dispositivo.
  • La armonización de la tecnología de carga rápida ayudará a evitar que los distintos fabricantes limiten injustificadamente la velocidad de carga y contribuirá a garantizar que la velocidad de carga sea la misma cuando se utilice un cargador compatible para un dispositivo.
  • La venta por separado de los cargadores y los dispositivos electrónicos permitirá a los consumidores adquirir un nuevo dispositivo electrónico sin un cargador nuevo. Con ello se limitará el número de cargadores no deseados adquiridos o sin utilizar. Se calcula que, al reducir el número de cargadores nuevos que se producen y eliminan, la cantidad de residuos electrónicos disminuirá en 1.000 toneladas anuales.
  • Una mejora de la información dirigida a los consumidores: los fabricantes tendrán que facilitar información pertinente sobre el rendimiento de carga, incluida información sobre la potencia requerida por el dispositivo y si admite carga rápida. Esto facilitará que los consumidores comprueben si los cargadores que ya tienen cumplen los requisitos de su nuevo dispositivo o les ayudará a seleccionar un cargador compatible. Junto con las demás medidas, esta acción podría contribuir a que los consumidores limiten el número de nuevos cargadores adquiridos, y les ayudará a ahorrar 250 millones de euros al año en compras innecesarias de cargadores.