Los escándalos por discriminación sexual, acoso y machismo, sumados a los problemas judiciales en gran parte del mundo y la denuncia por robo de tecnología a Google, terminaron con la paciencia de Jeff Jones, el ahora ex presidente de Uber.

Jones presentó su renuncia a solo seis meses de haber asumido alegando que la situación dentro de Uber era más compleja de lo que creía. Si bien no dio detalles, las causas serían los recientes denuncias por acoso, que se suman a los históricos problemas regulatorios en el mundo y el escándalo más reciente: robo de tecnología vinculada con el sistema de conducción autónoma de Google.

«Me uní a Uber debido a su misión y el desafío de construir capacidades globales que ayudarían a la empresa a madurar y prosperar a largo plazo», dijo Jones y agregó: «Ahora está claro, sin embargo, que las creencias y el enfoque de liderazgo que han guiado mi carrera son incompatibles con lo que he visto y experimentado en Uber, y ya no puedo continuar como presidente del negocio de viajes compartidos».

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Además de llevar adelante la empresa, gran parte de su trabajo consistía en mejorar la imagen de Uber, una tarea que resulta cada día más complicada.

La salida de Jones se suma a la de Brian McClendon, vicepresidente de Mapas y Plataforma de Negocios, que abandonará la empresa a fin de mes para dedicarse a la política; la de Raffi Krikorian, directivo en el área de autoconducción; y Ed Baker, vicepresidente de Producto y Crecimiento.