El Galaxy Note 7 pasará a la historia como uno de los mayores fracasos de Samsung después de que se incendiaran varios dispositivos, incluso uno dentro de un avión, y debieran retirarlos del mercado.
Ahora, el destino de los poco más de 2,5 millones de Galaxy Note 7 está definido: una parte será revendida y otra será utilizada para recuperar componentes, incluidos diversos minerales.
La posibilidad era comentada hace tiempo atrás, pero ahora llegó la confirmación por parte de Samsung: los Galaxy Note 7 reparados (con nuevas baterías, más pequeñas) volverán a ser vendidos. Aún resta definir en qué mercados y desde cuándo, pero se espera que las partidas sean orientadas a mercados emergentes como India y Vietnam.
Los equipos que no puedan venderse irán a desguace para recuperar componentes útiles como cámaras, procesadores, memorias y piezas para repuesto. Como parte del reciclaje, Samsung espera hacerse con diversos minerales empleados en la fabricación, incluidos níquel, oro y plata.
Es común que las empresas vendan equipos reparados (refurbished) tras detectarles alguna falla, ya sea por daños en la carcasa o algún componente. En el caso de Samsung, el hecho cobra trascendencia porque impactó en toda una línea de un producto estrella como el Galaxy Note.