Tenía 17 años cuando desarrolló un casco de realidad virtual y logró financiarlo exitosamente en Kickstarter. Consiguió que Facebook comprara su empresa en u$s2.000 millones y ahora, con 24 años y una lista de polémicas encima, Palmer Luckey, fundador de Oculus, acaba de abandonar la compañía.

Facebook reconoció la partida, que aún no se sabe si fue voluntaria o no. “Vamos a extrañarlo. El legado de Palmer va más allá de Oculus. Su espíritu inventivo ayudó a iniciar la revolución de la realidad virtual moderna y ayudó a construir una industria”, dijo la red social.

Oculus RiftLuckey, considerado como una gran promesa debido a que logró revivir una industria que parecía muerta, tuvo sin embargo algunos inconvenientes con la venta de las gafas Oculus. Fallas y poca disponibilidad marcaron el inicio del producto en el mercado, que de inmediato sintió la creciente competencia.

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Pero el mayor escándalo de Luckey tuvo relación con las elecciones de los EEUU: ayudó a financiar una campaña sucia en redes sociales contra Hillary Clinton. De ahí en más nada sería igual.

Luckey dejó de tener exposición pública y al poco tiempo Hugo Barra, uno de los padres de Android y líder de Xiaomi, se hizo cargo del área de realidad virtual en Facebook, puesto que comprende a Oculus.

Su última aparición fue en febrero, en circunstancias poco alentadoras: debió declarar en un juicio en contra de Oculus, una demanda iniciada por el fabricante de juegos ZeniMax, quien asegura que las gafas están basadas en tecnología que les fue robada.

Facebook perdió el juicio y tuvo que pagar u$s500 millones por daños y perjuicios. En el caso de Luckey, que violó un acuerdo de confidencialidad, la multa fue por u$s50 millones.